sábado, 2 de abril de 2016

Arqueología de Chupícuaro

Por José Omar Tinajero Morales

Lic. en etnohistoria por la ENAH

Chupícuaro originalmente perteneció al municipio de Jerecuaro y en la actualidad al de Acámbaro, debido a su traslación. La historia de Chupícuaro, Guanajuato se divide en las siguientes etapas: Arqueológico (400 a.c- 200 d.c), Viejo (1325 d.C- 149 d.C ) y Nuevo (1949-1991 d.C). En el primero se desarrolló la cultura Chupícuaro.

Investigaciones arqueológicas en Chupícuaro

En 1926 Juan Palacios inspeccionó la zona por órdenes de la Dirección de Arqueología, se juzgó el área como tarasca. En el mismo año Chupícuaro empezó a figurar en el mapa arqueológico del país. Posteriormente se realizaron las exploraciones a cargo de Ramón Mena y Porfirio Aguirre. Luego en 1945 en una primera etapa de investigación trabajaron Elma Estrada Balmori, Porter Muriel y Román Piña Chan; bajo la dirección del doctor Daniel Rubín de la Borbolla. Se hicieron 16 pozos estratigráficos ( 5 en la plaza central del pueblo de Chupícuaro, 7 en la loma de nombre “Potrero Hernández” y 4 en una loma sin nombre).
En 1946 en Marzo se efectuó la segunda etapa de investigación con los mismos investigadores del año anterior, realizando excavaciones en la loma del Rayo al SE del poblado de Chupícuaro; entre el río Lerma y el arroyo del Tigre, se exploraron 240 entierros en decúbito dorsal. Para 1947 la Sociedad Mexicana de Antropología realizó una mesa redonda dedicadas al Occidente de México, se dieron a conocer los avances de las excavaciones en Chupícuaro.

Dado que este poblado fue inundado para realizar la Presa Solís, se truncó el estudio arqueológico en la región del Bajío. Posteriormente investigadores como Beatriz Braniff realizarían trabajos en lugares afines a Chupícuaro como Comonfort, Guanajuato, en donde se llevaría a cabo una segunda etapa de la cultura Chupícuaro, en Los Morales.

Importancia de Chupícuaro en el preclásico y el clásico

Según los datos, tanto Chupícuaro Viejo como el Arqueológico estuvieron ubicados casi en el mismo sitio. Al observarse el lugar que prefirieron para ubicarse, entre el Río Lerma y Tigre, junto con la producción de cerámica que era un pueblo agricultor que completaba su dieta diaria con la pesca, caza y recolección. Sus casas eran de bajareque sobre plataformas de piedra.

Se observa que la cultura Chupícuaro tenía un culto a la muerte muy desarrollado, los entierros iban acompañados de ricas ofrendas sobresalía cerámica, instrumentos musicales ( solo en tumbas de hombres), figuritas, huesos de perros se encontraron cráneos separados y se piensa que eran considerados como trofeos. La posición de los esqueletos variaba y también la cantidad de ofrenda, se infiere la existencia de cierta división social.

Cerámica Chupícuarense

Al principio se pensó que todos los objetos encontrados pertenecían a la cultura tarasca, pero debido a que se observó que eran más antiguos y no presentaban elementos característicos de la cerámica purepecha como la técnica de decoración al fresco; se le consideró como una cultura diferente y hoy se conoce con el nombre de cultura Chupícuaro.

La cerámica producida por la cultura Chupícuaro, indudablemente es una de las más bellas y mejor realizadas de Mesoamérica. Uno de los aportes fue el rojo bruñido, coloración que apareció en la cerámica de los estratos más inferiores hasta los superiores, por lo cual Porter Muriel consideró a esta cerámica como una de las más antiguas y características de la cultura Chupícuaro.

Figurillas de Chupícuaro, H4

Estas eran modeladas a mano y presentan rasgos fileteados o al pastillaje, cuerpo aplanado y nariz prominente, conocidas como figuras H4. Las figurillas femeninas son muy frecuentes, algunas presentan su sexo muy marcado y otras llevan en sus brazos un niño. Las figuras de hombres llevan una especie de maxtla en forma de caracol, que podría estar relacionada con la fertilidad. Tanto figuras de hombres como de mujeres presentan pintadas su piel.

A través de las figuritas se infiere: Andaban generalmente desnudos, pintaban sus cuerpos y cabellos. Los cabellos masculinos se pintaban de color rojo. El cabello femenino de color blanco. Hombres y mujeres usaban orejeras. Instrumentos musicales y representaciones de músicos muestran la importancia de la música.

Influencia de la Cultura Chupícuaro, su contribución a Mesoamérica

Una serie de sitios poseen características idénticas a las de Chupícuaro; pudiendo considerarse como un complejo cultural que se localizó fundamentalmente en Guanajuato, pero que se manifiesta hasta Cuitzeo. La cultura Chupícuaro es clave, para sostener la tesis de que el Occidente de México ha influido también en el Altiplano Central y ha contribuido en la conformación de Mesoamérica.

 

Braniff considera a Chupícuaro como heredero de la tradición del Occidente. Chupícuaro es fundamental también para quitar la idea de que el Noroeste es marginal, ya que anteriormente estas dos subáreas estaban muy relacionadas entre sí. La influencia de Chupícuaro llegó a Comonfort, Guanajuato; Tlatilco, Cuicuilco, Teotihuacan, Cuauhtitlan, Ticoman, Coyuca, Huetamo, Cerro del Tepalcate. Jiménez Moreno consideró a la cultura Chupícuaro como el elemento padre de Mesoamérica.

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Códices de Mesoamérica

Por José Omar Tinajero Morales

Lic. en etnohistoria por la ENAH

En México existen alrededor de 20 estudiosos profesionales de códices mesoamericanos y en cambio en el extranjero hay grupos interdisciplinarios que han contribuido notablemente al estudio de la glífica. Esto tiene varias explicaciones: varios códices se encuentran en el extranjero, hay instituciones académica internacionales que tienen un profundo interés de conocer la historia y la cultura mexicana.

En nuestro país hay muchas personas que se autonombran historiadores porque leyeron tres libros de historia, pero que no cuentan con estudios profesionales, teoría, metodología y manejo de fuentes primarias. En este marco se tiene que poner mayor atención en la consulta de los códices mesoamericanos para conocer mejor las culturas prehispánicas.

Definición de códice

Un códice es un manuscrito basado en el sistema de escritura tradicional indígena, que tiene como base el manejo de imagen con significado, conocida como glifo. En náhuatl códice se dice amoxtli y biblioteca, amoxcalli. Los que escribían los códices se llamaban tlacuilos, que eran personas que tenían elevados conocimientos no sólo en la escritura, sino además en la historia, la geografía, etc.
En Mesoamérica hubo varias regiones en donde se desarrolló la glífica: México, Acolhuacan, Tepanohuayan, Mixteca, Zapoteca y Maya, como se advierte tan en su arquitectura como en sus códices. La paleografía estudia las escrituras en base blanda, como sería un códice; mientras que la epigrafía estudia las escrituras antiguas en base dura como las estelas mayas.

Tipos de glifos

Los glifos son de tres tipos: pictográficos, ideográficos y morfosilábicos, los primeros representan objetos, lose segundo ideas y los terceros son los más interesantes porque cada imagen representa un conjunto de silabas. Estudios científicos han mostrado que los códices no son sólo dibujos para recordar, sino que es una verdadera y original forma de escritura. Esto es fundamental, ya que en la visión tradicional los pueblos que tienen historia son los que tienen escritura, entonces, las culturas mesoamericanas son históricas, por lo que la visión museográfica mexicana de situar a los objetos prehispánicos en el Museo Nacional de Antropología y a los hechos que se inician desde la conquista como parte del Museo de Historia, no es adecuada.

Hay glifos topónimos que se refieren a nombres de lugares y que son parte fundamental para crear la identidad de las localidades. Otros son glifos antropónimos que son los referentes a nombres de personas.

Clasificación temporal de los códices

Hay códices que son prehispánicos, pero también existieron códices novohispanos, ya que al contrario de lo que se piensa, los españoles aceptaron como fuente de comunicación, evangelización y para asuntos legales estos manuscritos. En la Real y Pontificia Universidad de México se enseñaban lenguas indígenas, como el náhuatl y escritura de códices. Muchos de los códices novohispanos, son mixtos, es decir, que combinaron el sistema de escritura indígena tradicional con el occidental.
Los códices se extinguieron a finales del siglo XVIII, con las reformas Borbónicas, de corte liberal, que trataron de que la lengua y escritura castellana se terminara de imponer sobre las lenguas indígenas. Este proceso se continuó en el siglo XIX por los liberales, por lo que ya no se pudo restaurar la escritura de los códices.

Códices temáticos

Existen varios tipos de códices: cartográficos, históricos, genealógicos, económicos, jurídicos, Techialoyan, Testerianos, etc. Actualmente se ha llegado a la conclusión que los mapas mesoamericanos son antecedentes de los Sistemas de Información Geográfica, por su manejo de datos cartográficos con temas específicos como economía, demografía, propiedad de la tierra, etc. Entre los códices cartográficos sobresalen: El Vergara y Asunción elaborados en Tepetlaoxtoc.
Otros códices son de corte histórico como es el caso del códice Kingsborough que relata la historia del señorío de Tepetlaoxtoc y la imposición de la encomienda en la época colonial. Hay códices que tratan de temas de aculturación como sería el Xolotl o el Yanhuitlán. Otros fueron usados para evangelizar a manera de catecismos y se les denominó Testerianos, uno de los más famosos es el de fray Pedro de Gante.

Los códices económicos son sumamente interesantes porque además de tocar temas como el tributo, son magníficos para apreciar los avanzados conocimientos matemáticos que poseían los pueblos indígenas, que conocían el cero, podían representar números muy grandes y hacer operaciones muy exactas, como lo muestran los códices Tepojaco y Otlazpan. Los códices Techialoyan son los que se usaron para la defensa de la tierra.

Dónde se encuentran los códices

En México se pueden encontrar códices en el archivo General de la Nación; en la biblioteca del Museo Nacional de Antropología y en el fondo reservado de la Biblioteca Nacional en la UNAM. En el extranjero se conservan en la Biblioteca Nacional de París, en el Museo Británico, en la Universidad de Texas, etc.

Las personas que deseen estudiar códices tienen que adquirir técnicas, metodologías y herramientas para poder leerlos, interpretarlos y sintetizarlos, con lo cual la historia de México y sus regiones se verán impulsados, fortaleciendo la identidad cultural.

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Acueductos Valle de México


Por José Omar Tinajero Morales
Consultor en Geografía del Turismo


Un acueducto es una arcada que soporta un canal o tubería de abastecimiento de agua. En Roma fueron muy comunes los sistemas artificiales de abastecimiento de agua a una población, aprovechando el cauce de algún río. Durante la Edad Media se hizo costumbre poner en las piedras, una serie de signos como figuras geométricas, letras, instrumentos de trabajo que servían a manera de firma para identificar a los canteros o para saber de donde provenían las rocas.

En México en la época prehispánica se construyeron varios acueductos los más famosos fueron el de Chapultepec y el de Texcotzingo, ambos construidos por el tlatoani acolhua Nezahualcoyotl. Con la llegada de los españoles al Valle de México, se amalgamaron los conocimientos arquitectónicos europeos e indígenas.

Los acueductos de Otumba, Chapultepec-Salto del Agua y Chapultepec-Tlaxpana

Para el siglo XVI, el acueducto más importante fue el de Otumba realizado por fray Francisco Tembleque, que se inició en 1543 y se terminó en 1570. Pasa por los municipios de Otumba, Axapusco, Nopaltepec hasta llegar a Zempoala. El acueducto está formado por 126 arcos, tres puentes para atravesar barrancas tiene una extensión de 44 274 metros.

Para abastecer a la ciudad de México destacaron los acueductos de Chapultepec-Salto del Agua y Chapultepec-Tlaxpana. Los dos se basaron en el trazado de los de la época prehispánica. El primero llegaba a Arcos de Belén; la fuente original del Salto del Agua está en el Museo del Virreinato. Mientras que el segundo pasaba por la fuente de la Tlaxpana o de los Músicos, de estilo ultrabarroco fue destruida en el siglo XIX; luego se desviaba por la calzada México-Tacuba hasta llegar a la fuente de Mariscala, en donde hoy está el edificio de Correos.

Acueductos de Los Remedios y Tlalnepantla - Villa de Guadalupe

En el año de 1620 don Alfonso Tello de Guzmán aportó dinero para construir el acueducto de Los Remedios; pero sería hasta 1765 cuando se hizo la arquería, se caracteriza porque en sus extremos presenta torres en forma de espiral como la Torre de Babel. Para abastecer el principal santuario mariano de los españoles.

El acueducto Tlalnepantla-Villa de Guadalupe era de gran trascendencia servía para abastecer de agua a varios sitios del norte del valle de México como Tenayuca, Ticomán, Zacatenco, Santa Isabel Tola y la villa de Guadalupe. Aprovechando el caudal de los ríos de Los Remedios y Tlalnepantla. En 1743 se iniciaron los trabajos, en ese entonces, era rey de España Felipe V y el virrey de la Nueva España era don Pedro Cebrián y Aguilar, conde de Fuenclara. Las obras se concluyeron el 3 de marzo de 1751, para esas épocas el rey de España era Fernando VII y aquí en la Nueva España gobernaba Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, conde de Revillagigedo.

El acueducto estaba formado por 16 reposaderas, que semejaban pequeñas ermitas; dos puentes y varias fuentes. Su extensión era de 10 kilómetros y tenía 2, 287 arcos, que los construyó el arquitecto don Manuel Álvarez. Este acueducto ha sido considerado uno de los más largos del mundo. La parte mejor conservada se localiza en el Distrito Federal donde existen siete kilómetros visibles.

Acueducto de Tepojaco, de Guadalupe o de Escontria y los Arcos del Sitio

El acueducto de Guadalupe que se encuentra a la entrada del pueblo de Tepojaco, en el municipio de Cuautitlán Izcalli, presenta treinta y dos arcos sostenidos por contrafuertes. Las arcadas originales que estaban sobre la carretera fueron destruidas y se sustituyeron por una rampa elevada para permitir la entrada de vehículos más altos. El acueducto es del siglo XVIII y fue construido por don Pedro Gómez de Escontria. En 1796 se reparó el acueducto. Este acueducto es uno de los pocos que sigue dando servicio; la gente utiliza unas mangueras para bajar el agua a sus tierras y casas.
En la serranía Tepotzotlán, el jesuita Santiago Castaño inició la construcción en 1706 del maravilloso acueducto de Tepotzotlán, Xalpa o Arcos del Sitio, que pasa por las barrancas del Huizache y Mirasol. Este acueducto es poco conocido y es el más alto de los existentes, su mayor altura es de 62 metros y tiene tres cuerpos de arquería. Se le conoce también como Arcos del Sitio, su objetivo era llevar agua del río El Oro hasta la hacienda de Xalpa, presenta 55 arcos con una longitud de 438 metros.

Uno de los dueños de la hacienda de Xalpa, el duque de Regla, don Manuel Romero de Terreros mandó a terminar de realizar los últimos arcos que datan del año de 1804. Dese una oportunidad de conocer los vestigios que quedan de estos importantes acueductos que forman parte del patrimonio cultural tangible de la cuenca de México.



Pedidos a histormex@yahoo.com.mx

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Planta turística en Ciudad de México

Por José Omar Tinajero Morales

Consultor en Geografía del Turismo

Según el INEGI, la ciudad de México tenía en el 2010 una oferta de 650 establecimientos de hospedaje registrados con 48534 cuartos, con una tarifa promedio de 710 pesos. La ocupación hotelera fue de 52.28%, lo que significó un incremento del 6.68 % con respecto al año anterior. Existían 1459 establecimientos de preparación de alimentos y bebidas; 652 agencias de viajes, 12 módulos turísticos, 59 guías de turistas registrados, 13 centros de convenciones y 55 centros de enseñanza turística. En comunicaciones se contaba con un aeropuerto internacional, cuatro terminales de autobuses, turibús y tranvía turístico.

Establecimientos de preparación y servicios de alimentos y de bebidas con categoría turística

Se considera como establecimientos de preparación y servicios de alimentos y de bebidas con categoría turística a restaurantes, cafeterías, discotecas y bares. En la ciudad de México se encontraban 1459 establecimientos de comidas y bebidas de los cuales 1228 fueron restaurantes; 122 cafeterías; 27 discotecas; 71 bares y 11 sin clasificación. El total de establecimientos se concentró en las delegaciones Cuauhtémoc con 566 lugares que correspondió al 39%; en segundo lugar se ubicó la delegación Benito Juárez con 214 que fue el 15 % y en tercer sitio quedó la delegación Miguel Hidalgo con 209 locales que representó el 14 %.
En número de restaurantes quedó en primer lugar la delegación Cuauhtémoc con 441 que representó el 36 %; en segundo sitio se ubicó la delegación Benito Juárez con 192 restaurantes que representó el 16 % y en tercer sitio se ubicó la delegación Miguel Hidalgo con 181 restaurantes que equivalió al 15 %. En cuanto a cafeterías el primer lugar fue para la delegación Cuauhtémoc con 65 que representó el 53 %, en segundo sitio quedó Miguel Hidalgo con 14 cafeterías que fue el 11 % y en tercer lugar Benito Juárez con 11 cafeterías que representó el 9 %.
Las discotecas se ubicaron principalmente en la delegación Cuauhtémoc con 12 establecimientos que representaron el 44%; en segundo sitio quedó la delegación Benito Juárez con 6 que representó el 22% y en tercer lugar la delegación Álvaro Obregón con 3 que equivalió al 11 %. En lo referente a bares la delegación con mayor número de este tipo de establecimientos fue la delegación Cuauhtémoc con 39 que representó el 55 %; en segundo sitio fue la delegación Miguel Hidalgo con 11 que equivalió al 15 % y en tercer lugar fue la delegación Benito Juárez con 5 que significó el 7 %.

Planta turística complementaria

Existían trece centros de convenciones autónomos que se distribuyeron de la siguiente manera: en primer sitio la delegación Cuauhtémoc y la Miguel Hidalgo con tres cada uno; en segundo sitio Benito Juárez y Magdalena Contreras con dos y en tercer sitio Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero e Iztacalco cada una con uno.
La distribución geográfica de los centros de enseñanza turística fue la siguiente en primer lugar la delegación Cuauhtémoc con 12 que equivalió al 22%; en segundo sitio Benito Juárez con 10 que representó el 18 % y en tercer sitio Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo cada una con seis establecimientos que representó el 11%; en cuarto lugar quedaron: Gustavo A. Madero, Tlalpan y Venustiano Carranza cada una con cinco escuelas que representó el 5.9%
Los módulos de información turística de la Secretaría de Turismo del DF fueron 12 que se ubicaron de la siguiente forma: en primer lugar cuatro en la delegación Cuauhtémoc: en el palacio de Bellas Artes, catedral, Templo Mayor y en el Ángel de la Independencia. En segundo sitio la delegación Venustiano Carranza con tres. En tercer lugar con dos las delegaciones de Gustavo A. Madero en la basílica de Guadalupe y en la terminal de autobuses del norte y la delegación Miguel Hidalgo en la terminal de autobuses poniente y en el Museo Nacional de Antropología. En cuarto sitio la delegación Coyoacán con uno, en la terminal de autobuses del sur.

Oferta cultural de la ciudad de México

La ciudad de México contaba con 113 museos los cuales se concentraban principalmente en tres delegaciones: en primer lugar la delegación Cuauhtémoc con 61; Miguel Hidalgo con 15 y Coyoacán con 13. Según el INEGI la entidad albergaba 1584 bibliotecas siendo las delegaciones de Iztapalapa, Cuauhtémoc, Coyoacán y Gustavo A. Madero las que presentaron un mayor número.
Conaculta reportó 167 centros y casas de cultura, 475 librerías y 130 teatros, de hecho la ciudad de México es la cuarta en importancia por número de teatros a nivel mundial. Las Zonas arqueológicas de la ciudad: Templo Mayor, Tlatelolco, Cuicuilco, Cerro de la Estrella y San Pedro de los Pinos. Tres estadios de futbol: Azteca, México 68 y Azul. La planta turística de la ciudad se concentró en la delegación Cuauhtémoc lo que explica por qué los turistas llegan principalmente a esta demarcación.

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