viernes, 2 de septiembre de 2016

Leyenda de la Virgen de la Piedad, CDMX

Especialista en Turismo Religioso

A finales del siglo XVI, los dominicos habían crecido en número y había avanzado el proceso de moderación, por lo que aprovecharon las reformas del concilio tridentino y aceptaron tener posesiones. Sin embargo, un grupo de religiosos quisieron seguir con la vida observante con que habían sido fundados, por lo que pidieron que existiera una casa de recolección.

Fundación del convento de la Piedad

Juan Guerra de Luna les ofreció una casa y un huerto a un cuarto de legua de la ciudad de México, donde había vivido el canónigo y ermitaño Juan González que había muerto en 1590. La orden tomó posesión jurídica el 12 de marzo de 1595, siendo virrey de la Nueva España Luis de Velasco, hijo, rey de España Felipe II y papa Clemente VIII, el maestro general Hipólito María de Monterreal y provincial fray Pedro Guerrero.
Los fundadores fueron fray Bartolomé de Nieva, fray Cristóbal Ortega, fray Diego de Aragón y fray Juan de la Cruz que fue su primer vicario. Vivían de la limosna que les daba la gente y no tenía propiedades, siguiendo el modelo de fray Domingo de Betanzos.

Semblanza de los fundadores del convento de la Piedad

Fray Juan de la Cruz fue natural de Trujillo en Extremadura. Tomó el hábito dominico en México y profesó el 25 de febrero de 1537, evangelizó en los pueblos de la nación mexicana, aprendió la lengua náhuatl. Siempre vistió lana burda y siguió extremadamente la pobreza. Definidor y vicario provincial. Fundador del convento de la Piedad, murió de 80 años en 1597 en la iglesia de Santo Domingo de México.
Fray Cristóbal de Ortega había profesado en la Provincia de Santiago de México ocupó los siguientes cargos: en 1578 lector de artes en el convento de santo Domingo México, maestro de sagrada teología, por la orden; catedrático de la misma materia en la Universidad Real y Pontificia de México, rector de este centro de estudios en 1602. A fray Cristóbal lo nombraron primer rector del Colegio dominico de Portacoeli, fundado en 1603. Esto vino a fortalecer a la Provincia de Santiago, al contar con varios Estudios Generales en los que se impartía filosofía y teología.

Leyenda de la pintura de la Piedad

Inicialmente la Piedad fue vicaría, pero debido a la creación de la provincia de Oaxaca, se tuvieron que elevar nuevos conventos en la Provincia de Santiago de México, uno de ellos fue el de la Piedad en 1607. Cuenta la tradición que en esta iglesia los dominicos decidieron colocar en el altar mayor una imagen de la Virgen de la Piedad. Entonces comisionaron a fray Cristóbal Ortega, para ir a Roma a buscar un buen pintor que realizara el cuadro. El artista, del cual se desconoce su nombre, empezó la obra; pero como se tardó mucho no pudo concluirla.
Fray Cristóbal recogió el boceto y se embarcó. La tripulación llegó sana y salva, gracias a que pidió la intercesión de la Virgen, durante una tempestad. El dominico se trasladó al convento de Santo Domingo de México e informó a su provincial de todas las vicisitudes ocurridas en el viaje; después desenvolvió el boceto, pero cuál sería su sorpresa pues la pintura se encontraba ya terminada. La Piedad se convirtió en uno de los santuarios más importantes de la ciudad de México.

La Piedad y Portacoeli, pilares de la reforma de costumbres

Fray Cristóbal Ortega resulta un personaje fundamental para que los proyectos de fray Domingo de Betanzos y san Álvaro de Córdoba siguieran vigentes en la provincia novohispana. Ortega fue el primer prior del convento de recolección de la Piedad, que junto con la vicaría de Tepetlaoxtoc, se convirtieron en los bastiones dominicos de la vida observante durante la Colonia.
El Colegio de Portacoeli recuerda al convento extramuros, bajo el mismo nombre, fundado en Sevilla por san Álvaro de Córdoba. Lo que muestra el deseo de continuidad del proyecto reformador a pesar del avance de los religiosos que deseaban llevar una vida más cómoda. El objetivo de los observantes era seguir a santo Domingo de Guzmán, a quien visualizaban como la puerta del cielo. De él surgieron personajes como fray Antonio Monroy e Yjar, primer maestro general de la Orden de Predicadores que fue de origen americano y fray Servando Teresa de Mier, ideólogo del movimiento insurgente.
En 1800 todavía la Piedad era convento dominico, a pesar del fuerte avance del proceso de secularización. El convento e iglesia de la Piedad, en la actualidad ya no existen. Cerca de donde se encontraban se erigió una iglesia, que data de mediados del siglo XX, donde se conserva la pintura original de la Piedad, se localiza en la delegación Benito Juárez.



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